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Mostrando entradas de septiembre, 2012

DOBLE CIUDADANÍA

Vivo en una provincia fronteriza, y se puede escuchar aquí a la gente hablar dos idiomas entremezclados, el castellano y el guaraní. La mayor parte de las personas tiene dos culturas que coexisten y armonizan. Esto se ve en casi todos los detalles; la música regional, las tradiciones y costumbres, las bebidas, etc. Nuestras comidas típicas incluyen platos de origen paraguayo como la "chipa" y la "sopa paraguaya" (que no es para nada una sopa). Es posible además pagar en los comercios fronterizos con ambas monedas, la argentina y la paraguaya. En la vida cristiana, también podemos encontrar muchas personas que viven con características duales; pero en este caso, habitan en la frontera entre el bien y el mal, viven en el límite entre el pecado y la santidad. Hablan dos idiomas, tienen dos culturas, se visten un poco como cristianos y un poco como el mundo, comen como los de aquí y algo del otro lado; en su trato con los demás, sus relaciones y sus pensam

HAY QUE COMER EL PAN DE VIDA

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. 1ª Corintios 13:13. Tenemos una abundancia de sermones. Lo que más se necesita... es amor por las almas que perecen, ese amor que procede en ricas corrientes del trono de Dios. El verdadero cristianismo difunde el amor por todo el ser. Alcanza a cada parte vital del cuerpo: el cerebro, el corazón, las manos ayudadoras, los pies, y capacita a los hombres a mantenerse firmes donde Dios requiere que se mantengan, de modo que no tracen senderos torcidos para sus pies, para que el cojo no se extravíe. El amor ardiente y abnegado de Cristo por las almas que perecen constituye la vida misma de todo el sistema de la cristiandad.   ¿Cuál es la interpretación bíblica de Dios? “Dios es amor”. Dios manifestó su amor por la humanidad al dar a Cristo a nuestro mundo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas ten

NO ME MUEVE, MI DIOS PARA QUERERTE

No me mueve mi Dios, para quererte, El cielo que me tienes prometido, Ni me mueve el infierno tan temido Para dejar por esto de ofenderte. Tú me mueves Señor, muéveme el verte, Clavado en esa cruz y escarnecido, Muéveme el ver tu cuerpo tan herido, Muéveme tus afrentas y tu muerte. Muéveme en fin tu amor y en tal manera Que aunque no hubiera cielo yo te amara Y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, Pues aunque lo que espero no esperara, Lo mismo que te quiero, te quisiera. Anónimo

RETORNA

Retorna Maestro, te necesitamos, esta vida nuestra , no es vida sin tí, pon fin a este loco y audaz frenesí, que humilla y agota lo que más amamos ¿Qué vale la vida si no la vivimos, desde que la matan pecado y dolor? ¿Qué vale la tierra desde que el horror de todos los males en ella sufrimos? Señor Jesucristo, tú lo has prometido y no has fracasado en ninguna ocasión Vuelve por aquellos a los que has querido Y de quienes eres única ilusión ¡Vuelve ya Maestro! Te espera rendido, del amor más tierno nuestro corazón Anónimo

NO DESISTAS

Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir. Cuando haya en tu camino solo cuestas que subir. Cuando haya poco haber y haya mucho que pagar. Y precisas sonreír aún teniendo que llorar, Cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, descansar acaso debas ¡pero nunca desistir! Tras las nubes de la duda, ya plateadas, ya sombrías, puede bien surgir el triunfo no el fracaso que temías. Y no es dable a tu ignorancia figurarse cuan cercano puede estar el bien que anhela y que juzgas tan lejano. Lucha pues, por más que tengas en la brega que sufrir cuando todo está peor ¡Más debemos persistir! RUDYARD KIPLING

MAÑANA LE ABRIREMOS

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras? ¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío!, si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras! ¿Cuántas veces el ángel me decía?: «Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía» ¡Y cuántas, hermosura soberana, «Mañana le abriremos», respondía, para lo mismo responder mañana! Lope de Vega

PLEGARIA

¿Qué quiero mi Jesús?... Quiero quererte, Quiero cuanto hay en mí del todo darte, Sin tener más placer que el agradarte, Sin tener más temor que el ofenderte. Quiero olvidarlo todo y conocerte, Quiero dejarlo todo por buscarte, Quiero perderlo todo por hallarte, Quiero ignorarlo todo por saberte. Quiero, amable Jesús, abismarme En ese dulce hueco de tu herida, Y en sus divinas llamas abrasarme. Quiero, por fin, en Tí transfigurarme, Morir a mí para vivir tu vida, Perderme en Tí, Jesús, y no encontrarme. Calderón de la Barca

YO TUVE HAMBRE

Yo tuve hambre, y tú formaste un club humanitario para discutir el problema del hambre en el mundo. Gracias. Yo estuve en la cárcel, y tú te retiraste a tu iglesia en los suburbios y oraste por mi liberación. Yo estuve desnudo, y en tu mente tú consideraste la moralidad de mi apariencia. Yo estuve enfermo, y tú te arrodillaste y agradeciste a Dios por tu salud. Yo no tenía hogar y tú me predicaste un sermón sobre el abrigo del amor de Dios. Yo estuve solo y tú me dejaste solo para orar por mí. Tú pareces tan santo, tan cerca de Dios... Pero yo aún estoy hambriento y solo, y con frío. Anónimo

TE ENCONTRÉ EN EL CAMINO

Te encontré en el camino, cuando mi alma sangraba desengaño y derrota. Y mi espíritu huía del primer compromiso de seguirte hasta el fin. Te pusiste a mi lado y me hablaste al oído. Te escuché atentamente. Presentí que eras tú. Tu palabra se hizo enseñanza de amor. Despejaste mis dudas, me alegraste por dentro. Calentaste mi alma con un nuevo entusiasmo. Y al ganarme de nuevo me entregaste tu amor. Te invité a acompañarme a la mesa y al pan. Y al partirlo yo supe que eras Tú. Nadie más. ¡Oh Señor Jesucristo! "Camino Caminante". Maestro peregrino, Compañero sin par. ¡No te alejes Señor! Alójate en mi casa. Sé mi huésped de honor. Revélate en mis dudas. Comparte mis angustias. Alienta mi esperanza. Fortalece mi fe. Luciano Jaramillo Cárdenas

DAR (acróstico)

D ar es la noble esencia del que habita en la altura, es del ángel dulce ciencia, es la caridad más pura. A mar es la bendita causa de este raro desapego, que sacia al que sin pausa, de compartir siente el fuego. R esponde tú al llamado en la entrega de tí mismo, ya que Dios habiendo dado, de tu error salvó el abismo. Willy Grossklaus

MADRE CRISTIANA

Madre cristiana que en tu seno llevas uno como tantos, un hijo de Eva Lo quieres distinto, leal, amoroso, un bello reflejo del Dios Poderoso. Madre cristiana que has dado profetas y sabios al mundo asombrado; mujeres valientes, prudentes varones, voluntades firmes, grandes corazones. Madre cristiana, ¡tremenda tarea! redobla tu esfuerzo por duro que sea; que el fruto del vientre, herencia bendita llevar a su reino Jesús solicita. Veras que al final de tu larga jornada recibirás esa hermosa corona dorada, que da el Maestro a las madres amantes. ¡No te desalientes, ve siempre adelante! Willy Grossklaus

CORDERO DE DIOS - ACRÓSTICO

C uando el pecado reinaba, bajó a socorrernos Jesús O scuro este mundo estaba, lo iluminó con su luz R ey celestial que bajando, la redención consumó D ios iba así rescatando, lo que el enemigo arruinó. E ra él bondadoso y humilde, tan manso cual un  cordero R ey de amor que su vida rinde, en acto de amor verdadero O bediente, sublime maestro,  ¡su vida entregó en la cruz! D emos hoy gracias al cielo, alabanza al cordero de Dios E speranza, tu paz y el anhelo, de tener vida eterna con vos. D olorido, el precio pagaste, del rescate del pobre mortal I nclinado tu rostro triunfaste, sobre el malo y el odio fatal O lvidada está ya mi mentira, mi orgullo y loca vanidad S eñor, ¡hoy mi alma suspira, por tener tu sublime amistad! Willy Grossklaus

¿CÓMO ESTÁ TU ÁRBOL?

"En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas". Mateo 3:1-3  Jesús mismo dijo que no hubo profeta tan grande como Juan el Bautista; sin embargo, en la imaginación popular y en las películas se lo muestra como una especie de loco, hablando a los gritos, con los cabellos parados y vestido en forma extraña. No es para nada la imagen que transmite la Biblia de él.  Debió haber sido un predicador extraordinariamente convincente para que le siguieran multitudes y se bautizaran en masa. Pero su más notable característica es que enfatizaba el mensaje por sobre el mensajero. ¿Cuál era el mensaje? El llamaba al arrepentimiento, predicando sobre el juicio y la preparación para la venida del Mesías.   Multitudes lo escuchaban con

¿ERES SAL?

"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres". Mateo 5:13 Jesús nos comparó con ese sencillo, pero vital ingrediente. Tan breve comparación -en un solo versículo-, encierra sin embargo un gran significado y es fuente inagotable de lecciones espirituales.  Elena White escribió: "El sabor de la sal representa la fuerza vital del cristiano, el amor de Jesús en el corazón, la justicia de Cristo que compenetra la vida. El amor de Cristo es difusivo y agresivo. Si está en nosotros, se extenderá a los demás. Nos acercaremos a ellos hasta que su corazón sea enternecido por nuestro amor y nuestra simpatía desinteresada. De los creyentes sinceros mana una energía vital y penetrante que infunde un nuevo poder moral a las almas por las cuales ellos trabajan. No es la fuerza del hombre mismo, sino el poder del Espíritu Santo, lo que realiza la obra t