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Mostrando entradas de agosto, 2013

EL ESTORBO DE LA RELIGIÓN I

Imagina que no hay paraíso, Es fácil si lo intentas, Ningún infierno debajo de nosotros... Ni religiones tampoco, Imagina a toda la gente Viviendo la vida en paz "Imagine" de Jhon Lennon El conocidísimo autor de esta canción consideraba que para vivir en paz no deberían exisitir las religiones. Su visión es compartida por muchas personas, que consideran que la religión organizada resulta un estorbo para la  espiritualidad auténtica. Por lo tanto, para ellas la iglesia, el templo, los ritos y las prácticas comunitarias de la religión, son obsoletas y carecen de sentido. También el Premio Nobel de Física Steven Weinberg expresó así su parecer sobre los códigos morales que inculca la religión: “Con o sin religión, la gente buena hará el bien y la gente mala hará el mal, pero para que la gente buena haga el mal hace falta la religión ”. Lo triste del asunto es que incluso entre los cristianos se ha filtrado la idea de que cualquier tipo de organización religios

LA ATRACCIÓN DE LA CRUZ

“Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” Juan 12:32 Pasamos el día de ayer una muy entretenida clase con mis alumnos,  jugando con imanes.  Les sorprendió a los niños el poder de atracción magnética manifestado en un pequeño trozo de metal, y como se "pegaban" los objetos metálicos al imán. Pero también les causó admiración experimentar la repulsión que ocurría cuando se invertían los polos.  - ¡Profe, me empuja!- decían sorprendidos. El estudio del magnetismo y de los campos magnéticos les trajo sorprendentes revelaciones y además mucha diversión y alegría. De idéntica forma sucede con la cruz de Jesús. Te atrae o te repele. Te salva o te condena. Es al mismo tiempo un símbolo de salvación y de condenación. Todo depende de si te dejas atraer por ella o no. Su contemplación también es motivo de gozo al corazón que se rinde a la atracción del Salvador.  A continuación, un breve estudio de las referencias a la cruz en la Biblia, como

VENCIENDO Y PARA VENCER

"Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer". Apocalipsis 6:2 Romper con los malos hábitos no solo es posible, es INDISPENSABLE. Pero cuando nos miramos a nosotros mismos, encontramos razones suficientes para desanimarnos. Nuestro corazón es malo y no lo podemos cambiar. Nuestros malos rasgos de carácter y los hábitos adquiridos y acariciados son muy poderosos y difíciles de desarraigar. Sin embargo recordemos que Jesús salió "venciendo y para vencer". No necesitamos hablar de derrota, pues c ontamos con suficiente ayuda divina de la mano de nuestro poderoso Auxiliador. Pero, a fin de alcanzar la victoria, a su poder deberá unirse nuestra voluntad.Y cuando hablo de la voluntad, quiero dejar en claro lo que implica este término: No se trata de la voluntad humana viciada por el pecado, pues ésta no quiere ni puede someterse a Dios; y por lo tanto, no busca cambiar. Tampoc

EL PODER DE LOS HÁBITOS III

"Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás". Isaías 30:21,22 En el taller de rectificación de motores de mi padre, se acostumbraba comprar bolsas de estopa para limpieza. Después de lavar en gasoil las partes de motor, éstas se secaban y se limpiaban con la estopa. También los empleados se limpiaban sus engrasadas manos con ella.  Al cabo de un tiempo, la estopa adquiría un feo color negro y se desechaba. Se había convertido en trapo sucio y no servía para nada, salvo para arrojarla en la basura. En la entrada anterior mencioné que no puede haber vacío en el corazón. O lo llenará Cristo y su verdad, o estará lleno de malos hábitos y de toda inmundicia proveniente del demonio. Nuestro

EL PODER DE LOS HÁBITOS II

"Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero". Lucas 11:24-26  En la parábola que Jesús contó sobre el espíritu inmundo que vuelve hay importantes lecciones.  La primera de ellas es que no puede haber un vacío en el corazón. O es llenado por Cristo, o lo llena el enemigo. La segunda es que cada acto o pensamiento realizado tiene influencia sobre el siguiente, y este sobre el que le sigue, y así sucesivamente. Por último, la única manera de romper este círculo reside en el poder de Cristo como Salvador. Uno de los engaños más frecuentes de Satanás es hacernos creer que podemos vencer con nuestras propias fuerzas. Nos hace caer en pecado, nos deja por un tiempo, sembrando en nu

EL PODER DE LOS HÁBITOS I

"Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado. Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres". Jueces 16:6-8. Hay en el relato de Sansón y Dalila muchos elementos singulares. Un hombre de poderosa fuerza física, pero de carácter extremadamente débil. Su trato con esta mujer filistea revela que tenía un tipo de razonamiento conocido como "pensamiento mágico". Esta manera de pensar se basa en la creencia de que los propios pensamientos, palabras o acciones producirán un hecho concreto de un modo que desafía la lógica. Pensaba que era invulnerable a las consecuencias de sus actos, - pero nadie lo es -. Cometió el gran error de apoyarse en su gran fuerza y no en Dios para librarse. "A mí no me va a pasar"; "ya salí de esto una vez y lo volveré a hacer"; &quo

¿ATADOS O DESATADOS?

"Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado". Proverbios 5:22 Cuando éramos niños, jugabamos a imitar las películas de vaqueros, -en las que el héroe era atado por los malos y luego se desataba para acabar con ellos-. Pero recuerdo una vez en que jugando así, mis amigos me ataron de forma que me lastimaba las muñecas y no pude desatarme ¡Qué fea sensación! Lo cierto, más allá de lo anecdótico, es que todos cargamos con ataduras. Pesadas ataduras síquicas, emocionales o espirituales, que impiden nuestra realización y no nos dejan disfrutar plenamente de la vida. Tal vez se trate de algún mal hábito que te esclaviza y te sumerge en un horrible sentimiento de culpabilidad y de odio hacia ti mismo. Nada es tan destructor de la personalidad como un mal hábito acariciado y mantenido por mucho tiempo, nada puede arruinar tu vida tan completamente y con tanta seguridad. Quizás pasaste una mala experiencia personal, la muerte de un

EN LA NATURALEZA SE VEN EL AMOR Y LA GLORIA DE DIOS

"¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Le has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra". Salmos 8:4, 5. Nuestro bondadoso Padre celestial quiere que sus hijos confíen en él como un niño confía en sus padres terrenales. Pero demasiado a menudo vemos a los desalentados y débiles mortales sobrecargados con cuidados y perplejidades que Dios nunca se propuso que llevaran. Invirtieron el orden; están buscando primero el mundo, y haciendo secundario el reino de los cielos. Si aún Dios cuida al gorrioncillo que no conoce su futura necesidad, ¿por qué el tiempo y la atención de los seres humanos, que fueron hechos a la imagen de Dios, deben estar completamente enfrascados con esas cosas?  Dios nos ha dado evidencias completas de su amor y cuidado, y sin embargo, cuán a menudo fallamos en discernir la mano divina en nuestras múltiples bendiciones. Cada facultad de nuestro ser, cada soplo de aire

COMO LOS TORDOS

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"Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando." Isaías 31:5. En un árbol del jardín de mi casa encontramos un pequeño nido de gorriones. A los pocos días pudimos ver que había algunos huevos en el nido. Entre ellos había uno un poco más grande. Al tiempo, sentimos un alboroto de pajarillos y nos dimos cuenta que habían nacido los pichones. Para nuestra sorpresa, en vez de los pichoncitos de gorrión, había uno notablemente más grande y negro.  ¿Qué estaba pasando?  Pues que un tordo había intrusado el nido de los pobres gorriones, que sudaban la gota gorda para dar de comer a tan inesperado polluelo.  Este tragicómico incidente trajo a mi memoria una canción que me gusta mucho: Yo soy como el hornero y me retobo mi patria es mi nido y la defiendo en cambio ustedes son como los tordos que quieren empollar en nido ajeno. "Disculpe" - de Hernan Figueroa Reyes El tordo e