OVEJAS VESTIDAS DE LOBOS
“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te
restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil,
serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos”. Jeremías 15:19
Todos hemos oído hablar de “lobos
vestidos de ovejas”. Ya Jesús había advertido acerca de ellos, con estas
palabras: “Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces.” Mateo 7:15
Se entiende que un lobo quiera
disfrazarse de oveja para comérsela. Pero, ¿por qué una oveja se vestiría como
lobo?
Desde luego, estamos hablando del
ámbito espiritual, y para entender esto, sería conveniente explicar primero que
son, desde ese punto de vista, los lobos vestidos de ovejas.
Pablo había anticipado: “después de mi partida entrarán en medio
de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros
mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí
a los discípulos. Por tanto, velad” Hechos 20:29-31
Los lobos vestidos de ovejas caracterizan,
pues, a personas perversas que simulan ser cristianos, mezclándose entre ellos pero
con intención de confundir, engañar, matar y destruirlos.
Por otra parte, es bastante fácil
de asociar la oveja con alguien manso, débil e indefenso, razón por la cual algunas
de éstas intentan cubrir su fragilidad con el intimidante aspecto de este
depredador.
Ovejas vestidas de lobos serían,
entonces, cristianos que simulan ser
como estos animales feroces, situándose así en una zona de pretendida seguridad,
a fin de no sufrir ningún daño a causa de su fe.
Si no fuese tan trágico... hasta resultaría
cómico ¡Ovejas vestidas de lobos!
¿En qué resulta esto?
No es que finjan ser lobos, sino
que tratan de imitarlos en su conducta: su manera de vestir, hablar, comer, divertirse;
su música y sus costumbres, y hasta su
manera de adorar. Se identifican, al fin, con su “modus vivendi”, hasta mimetizarse con ellos.
Los lobos podrán disfrazarse de
ovejas, pero nunca serán ovejas. En sus planes no figura amansarse ni comer
pasto. Su disfraz solo es un medio para destruir al rebaño.
En cambio la oveja, si insiste en
identificarse con sus enemigos... ¡terminará volviéndose como ellos!
Su pacífica naturaleza se volverá
agresiva y hasta destructora de sus hermanas.
Existe un antecedente bíblico de
esta situación: El deseo de Israel en los días de Samuel, de imitar a las
naciones paganas de alrededor teniendo un rey.
Pretendían obtener lo mismo que
ellas: su “organización”, sus ventajas, su aparente libertad, ¡e incluso sus
dioses...!
Rechazaron entonces la protesta
del profeta diciendo: “y nosotros
seremos también como todas las naciones” 1º Samuel 8:20
Cuando el profeta oró acerca de
esto, Dios le dijo “no te han rechazado a ti, sino a mí me han rechazado”
El triste resultado de esa
decisión fue la apostasía que causó la división del reino de Israel, y posteriormente
la aniquilación del reino del norte y el doloroso cautiverio del reino del sur.
¡Ovejas queriendo ser lobos! ¡Verdadera
tragedia!
Algo así fue lo que le sucedió a
Pedro cuando entró al patio del Sumo Sacerdote, en ocasión del arresto de
Jesús. Quiso pasar inadvertido entre ellos y cuando lo descubrieron, comenzó a
actuar como lobo... y se fue hundiendo más y más, ¡hasta que cometió el pecado
de negar que conocía a Jesús!
En nuestros tiempos sucede algo
similar. La iglesia que Jesús levantó, que debía estar en el mundo sin ser de él, se ha asimilado al mundo. Ha
perdido de vista su identidad y se ha dejado permear por el espíritu satánico
de conformidad con el pecado.
Los cristianos actuales que
conforman el remanente de Dios, se encuentran también -en su gran mayoría-,
fascinados con las luces brillantes, la popularidad, el encanto rutilante y las
pretendidas ventajas que bajan de la morada de quienes son en realidad sus
adversarios.
Dicen como en los días del
profeta, “¡queremos ser como todas las
naciones!”, sin darse cuenta que esa asimilación terminará por destruir su propia
identidad.
Olvidan, además, el consejo
divino de comprar vestiduras blancas para vestirse (Apocalipsis 3:18) y de que
deberían ataviarse, no como bestias feroces, sino “como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia,
de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. (Colosenses 3:12).
Se comete un mortal error de
cálculo. Tratar de ser como el mundo es un completo engaño, porque es
imposible imitar a los lobos sin adquirir su naturaleza.
La única seguridad que tenemos es
la de identificarnos con el verdadero rebaño, oyendo la voz del verdadero
Pastor y siguiendo sus pasos.
Recordemos el consejo del
principio: “Conviértanse ellos a ti, y
tú no te conviertas a ellos”. Jeremías 15:19
De todo hay en el mundo. Hay desórdenes de personalidad múltiple. Una persona sabiendo que es débil (una oveja), EN EL FONDO, en lo más íntimo de su conciencia, es sufrida, temerosa, y para proteger esa debilidad por ellos conocida, utilizan una coraza de áspero trato con su entorno (se visten como un lobo).
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