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Mostrando entradas de diciembre, 2012

INCREDULIDAD

Incredulidad: Dificultad para creer, o aversión a hacerlo. Falta de fe. www.alegsa.com   Desde que, en aquél bello Edén, nuestros primeros padres decidieron confiar en un animal -no importa lo lindo que fuera- antes que en su Creador, la incredulidad se convirtió en el fruto inmediato del pecado. Nacemos incrédulos y seguiremos siendo incrédulos, porque nacimos pecadores y lo seguiremos siendo, a menos que Dios intervenga en nuestras vidas. La Biblia dice de esto: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Juan 1:10,11 Y agrega que es un plan deliberado del Diablo para mantenernos lejos de Jesús: “El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. 2ª Corintios 4:4 ¡Y ha tenido éxito en mantenernos así a lo largo de los siglos! A tal punto que hoy (especialmente en ámbitos int

PERSEVERAR EN EL AMOR

"Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido". Apocalipsis 2:4,5 Llevamos con mi esposa Norma más de tres décadas de casados. Al principio de nuestra relación, cuando aún eramos novios (¡y lo seguimos siendo todavía!), ella decía que todos mis defectos los iba anotando en una "libretita negra". Muchas veces, a lo largo de los años, volvía a preguntarle -bromeando-, en que tomo de su "libretita negra" andaba, pues sin duda mis defectos y errores son multitud . El secreto de la permanencia de nuestro matrimonio, o de cualquier otro, ¡no es ningún secreto! No se trata de ser el hombre o la mujer perfectos; pues ambos tenemos defectos, cometemos errores y estamos lejos de haber eliminado todos los factores de conflicto. Ni se trata tampoco de "mantener la pasió

PARTICIPAR DE LA OBRA

" Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. " Mateo 21:28. Una colega me contó que cuando su hijo era pequeño, le hablaba de que Jesús estaba construyendo mansiones para nosotros en el cielo, y luego regresaría a buscarnos. El niño dijo entonces, con ese candor infantil que tanto agrada al Señor: - Mami, yo tengo una cuchara de albañil que me regalaron ¿Y si voy al cielo a ayudarle a Jesús? - ¿Para qué?- Contestó ella.  - A construir nuestras casas, así viene más rápido.  Esta simpática anécdota familiar llama a la reflexión. Todos queremos ir al cielo, gozar de la vida eterna y vivir en la magnífica Nueva Jerusalén. Pero, ¿cuántos estamos dispuestos a trabajar por ella? Nos hace falta el mismo espíritu inocente de los niños, que no conocen de dilaciones; necesitamos su misma disposición a trabajar por lo que aman sin medir el costo; y finalmente, se espera de nosotros que nos comprometamos por completo. La única cosa que Cristo demandó de sus discípulos, la expresó

LUCHAR DEL LADO CORRECTO

La vida es lucha. (Eurípides de Salamina) Y aunque parezca una frase gastada, no por ello deja de ser cierta. El patriarca Job también exclamó: "¿No es toda la vida humana una lucha?" Job 7:1 (Nueva Traducción Viviente).  Luchamos por muchas cosas, en muchos frentes y de muchas maneras. Luchamos por el bienestar económico, por nuestra realización personal, por nuestras familias; luchamos solos o en conjunto contra los males de la sociedad o por aquello que creemos o deseamos.  Si, la vida es una lucha. Pero quizás la gran tragedia de la vida consiste en que luchamos mayormente de la forma o del lado equivocado, lastimándonos y lastimando a los demás.  Veamos al respecto, dos enfoques basados en la Biblia; uno correcto y el otro equivocado. Nos vendría bien, en primer lugar, revisar el consejo del sabio Gamaliel a los judíos que intentaban eliminar a la naciente iglesia cristiana: "Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo