PERSEVERAR EN EL AMOR

"Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido". Apocalipsis 2:4,5

Llevamos con mi esposa Norma más de tres décadas de casados. Al principio de nuestra relación, cuando aún eramos novios (¡y lo seguimos siendo todavía!), ella decía que todos mis defectos los iba anotando en una "libretita negra".
Muchas veces, a lo largo de los años, volvía a preguntarle -bromeando-, en que tomo de su "libretita negra" andaba, pues sin duda mis defectos y errores son multitud .

El secreto de la permanencia de nuestro matrimonio, o de cualquier otro, ¡no es ningún secreto!
No se trata de ser el hombre o la mujer perfectos; pues ambos tenemos defectos, cometemos errores y estamos lejos de haber eliminado todos los factores de conflicto. Ni se trata tampoco de "mantener la pasión", pues aunque los dos somos románticos y demostrativos, pasamos por momentos de retraimiento.
Hemos aprendido que la convivencia exitosa entre cónyuges se basa en valores compartidos, como la fe, la comprensión, el respeto, el amor, la confianza mutua, y sobre todo, el perdón. Es una feliz realidad lo que dice la Biblia: "el amor cubrirá todas las faltas" Proverbios 10.12.

Ahora, todos tenemos una "relación matrimonial" con Jesús.
Por lo tanto, tenemos el deber de saber como mantener esa relación siempre vigente. Para ello debemos conocer las razones por las que el "primer amor" se muere. La simbólica iglesia de Efeso dejó que se enfriara su compromiso inicial con Jesús y recibió un reproche por ello.
¿Por qué fracasan los matrimonios?
Algunas cosas que mencionan los especialistas son:

• Porque nunca hubo amor verdadero
• Por tener una percepción equivocada del matrimonio
• Por la rutina
• Falta de diálogo
• Desórdenes de personalidad
• Darle mayor prioridad a lo material que a lo espiritual
• Problemas económicos
• Interferencia de terceros

Sin entrar a analizar cada uno de estos puntos, vemos que podemos resumirlos en uno solo: el amor se muere cuando nos centramos en nuestros propios planes y deseos egoístas, dejando de conectarnos con el otro. En lo espiritual, esto se traduce en el abandono de nuestra relación con Cristo, descuidando  el estudio de la Biblia, la oración, la comunión y el testimonio.

¿Cómo recuperar el primer amor?

El texto bíblico nos presenta tres cosas que debemos hacer:

1. Hacer memoria: "Cuando las tentaciones os asalten, cuando los cuidados, las perplejidades y las tinieblas parezcan envolver vuestra alma, mirad hacia el punto en que visteis la luz por última vez. Descansad en el amor de Cristo y bajo su cuidado protector. Cuando el pecado lucha por dominar en el corazón, cuando la culpa oprime al alma y carga la conciencia, cuando la incredulidad anubla el espíritu, acordaos de que la gracia de Cristo basta para vencer al pecado y desvanecer las tinieblas. Al entrar en comunión con el Salvador entramos en la región de la paz". El Ministerio de Curación pág. 193.
2. Arrepentimiento: "La oración de David después de su caída ilustra la naturaleza del verdadero dolor por el pecado. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. No se esforzó él por atenuar su culpa y su oración no fue inspirada por el deseo de escapar al juicio que le amenazaba. David veía la enormidad de su transgresión y la contaminación de su alma; aborrecía su pecado. No sólo pidió perdón, sino también que su corazón fuese purificado. Anhelaba el gozo de la santidad y ser restituido a la armonía y comunión con Dios".  El Camino a Cristo pag. 25.
3. Hacer lo que antes hacía: David oró "Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente."(Salmos 51:12). Aunque después de haber pecado no recuperaremos todo el poder espiritual que teníamos, sí podemos marchar por las sendas antiguas con la confianza del amor y la aceptación de nuestro Salvador. Podemos estar seguros de que a la humillación del alma, seguirá una maravillosa restauración.

¿Se ha apagado tu primer amor por Jesús? No demores en recuperarlo.