MADRES DE ISRAEL

"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo". Colosenses 2:8
Forma parte de los engaños de los últimos días la idea de que la familia y el matrimonio son instituciones arcaicas; en consecuencia, la maternidad es solo un estorbo para el progreso de la mujer, y un medio para someterla al dominio varonil. 
Familias diferentes (ensambladas, monoparentales, homosexuales, etc.), matrimonios "igualitarios" y otro tipo de cosas semejantes a estas son vistos hoy como avances. 
El rol de la mujer es empujado cada vez más fuera del hogar y de la crianza de los hijos; no solo sucede esto entre los incrédulos, sino (tristemente) entre los que forman parte del pueblo de Dios. Esto ha dado pie a la destrucción de todos los fundamentos de un hogar bien ordenado y respetuoso de las leyes y de Dios. 
(La espantosa situación actual de la sociedad me exime de demostrar lo que afirmo).
Pero ¿Cuál fue el propósito divino al crear a la mujer? 
Que ella fuera una compañía idónea para el hombre, su igual, alguien con quien compartir la vida; pero además que fuera generadora de su descendencia. Esto fue reconocido por el mismo Adán, quien "llamó... el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes". Génesis 3:20
Le fue conferido a la mujer un don que nosotros no poseemos, el de engendrar hijos en su seno. Esta experiencia es algo exclusivo de las damas, una maravilla biológica y social que tenía un propósito que iba mucho más allá de la reproducción humana.  
La madre ejerce una influencia sobre su casa, su marido y sus hijos que solo puede medirse a la luz de la eternidad.  Ella es la que determina la atmósfera del hogar, la que educa a los niños y la que en gran medida determina su futuro.
Pero hoy las mujeres que son "solo" madres están desapareciendo. Se espera de ellas que sean exitosas profesionales, seres multipropósito, que destaquen en los moldes que les ha impuesto la sociedad. Toda visión de la mujer como "simplemente mamá" es ridiculizada y denigrada.
En este alucinado siglo XXI, ¿sigue siendo relevante la maternidad?
Veamos tres casos bíblicos de madres piadosas y la influencia que tuvieron sobre sus hijos:
  • Jocabed: Jocabed era mujer y esclava. Su destino en la vida era humilde, y su carga pesada. Sin embargo, el mundo no ha recibido beneficios mayores mediante ninguna otra mujer, con excepción de María de Nazaret. Sabiendo que su hijo había de pasar pronto de su cuidado al de aquellos que no conocían a Dios, se esforzó con más fervor aun para unir su alma con el cielo. Trató de implantar en su corazón el amor y la lealtad a Dios. Y esa obra fue llevada a cabo fielmente. Ninguna influencia posterior pudo inducir a Moisés a renunciar a los principios de la verdad que eran el centro de la enseñanza de su madre. La Educación, pág. 58 (1903)
  • Ana: Durante los primeros tres años de vida del profeta Samuel, su madre cuidadosamente le enseñó a distinguir entre el bien y el mal... Con gran renunciamiento, y en cumplimiento del voto que había hecho de entregar su hijo al Señor, lo dejó al cuidado de Elí, el sumo sacerdote, para que fuera entrenado en el servicio a la casa de Dios. Aunque la juventud de Samuel transcurrió en el tabernáculo dedicado al culto a Dios, no estuvo libre de malas influencias o ejemplos pecaminosos. Los hijos de Elí no temían a Dios ni honraban a su padre; pero Samuel no buscó su compañía ni siguió sus malos caminos. Su temprana educación lo llevó a mantener su integridad cristiana. ¡Cuán grande fue la recompensa de Ana! ¡Y cuánto alienta a ser fiel el ejemplo de ella! Hijas de Dios pág. 38
  • María de Nazaret: El niño Jesús no recibió instrucción en las escuelas de las sinagogas. Su madre fue su primera maestra humana. De labios de ella y de los rollos de los profetas, aprendió las cosas celestiales. Las mismas palabras que él había hablado a Israel por medio de Moisés, le fueron enseñadas sobre las rodillas de su madre. Y al pasar de la niñez a la adolescencia, no frecuentó las escuelas de los rabinos. No necesitaba la instrucción que podía obtenerse de tales fuentes, porque Dios era su instructor. Hijas de Dios pág. 47
Necesitamos hoy MADRES. Madres de verdad que se ocupen de sus hijos como estas tres santas mujeres.
Eso no quiere decir que su influencia debe terminar allí. La Biblia presenta también a las madres cumpliendo roles que van mucho más lejos que el criar a sus hijos, pero en un molde distinto del que el mundo quiere hacerlas encajar:
  1. El caso de Débora "En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos. Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel". Jueces 5:6,7. 
  2. Pablo especifica las características de la "madre en Israel": "que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra".  1ª Timoteo 5:10 
  3. Y en un largo poema al final del libro de Proverbios, se destacan las virtudes de una madre cristiana que se ocupa de su familia. Lejos de presentar el deprimente cuadro que nos quieren hacer ver las modernas generaciones sobre la maternidad, se exalta aquí al modelo de esposa y madre diligente diciendo: "Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, y da cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos". Proverbios 31:10-31
Mujer, sé hoy una madre en Israel.  El mundo, tus hijos y la causa de Dios lo necesitan.

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