MÁS SOBRE LOS ÁNGELES



“Respecto a los ángeles, Dios dice: «Hace que sus ángeles sean como vientos, y como llamas de fuego sus servidores»... Porque todos los ángeles son espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de quienes han de recibir en herencia la salvación”. Hebreos 1:7,14 DHH
Estudiar sobre de los ángeles es introducirnos en la misma atmósfera del cielo, por lo tanto es un tema que debe ser abordado con reverencia y respeto. 
En el cuadro de la entrada anterior -necesariamente breve-, traté de abarcar lo más importante; quisiera agregar ahora algunas conclusiones que saqué del estudio de la Biblia y de los escritos de Elena G. de White.
La tradición y la imaginería popular han distorsionado por completo la verdadera naturaleza y misión de los ángeles. Los han agrupado en categorías y escuadrones, han inventado arcángeles y se los ha revestido de las más curiosas (y aún viles) características.
Por más que nos gusten los angelitos bebés de mejillas sonrosadas y con pequeñas alitas, o los ángeles con formas femeninas, las Escrituras los presentan siempre como varones (¡pero tampoco ello es indicación de sexo!). Necesitamos dejar de tomar literalmente los antropomorfismos y simbolismos, que son formas de representar la verdad, no la verdad misma de las cosas.
Fueron creados -y por tanto, no son inmortales- antes que los seres humanos y sirven a Dios y a nosotros; por ello se los llama "espíritus ministradores". Constituye toda una lección de humildad el hecho de que estos seres tan gloriosos y superiores estén a nuestro servicio.
En cuanto a su naturaleza, se nos dice que son seres espirituales superiores a nosotros. (He. 1:7, 14 - Salmos 8:5), que nos protegen (Salmos 34:7), que se hacen visibles a los hombres (Jue. 13:6), son poderosos (Sal. 103:20), no se casan (Mt. 22:30). En sus apariciones ante los hombres no suelen llevar alas; (éstas se deducen de pasajes como Is. 6:2-6 y Dn. 9:21). Forman el ejército del Señor (Sal. 148:1-5; Job 38:7; Jue. 5:20; Is. 40:26) y su número es incontable (Dn. 7:10, Ap. 5:11; etc.). No permitieron que se les rindiera adoración (Apocalipsis 19:10).
Un breve análisis sobre algunas categorías de ángeles que aparecen en la Biblia: 
  • El Ángel del Señor: Un ángel singular que habla como si fuese el Señor mismo. Presenta atributos divinos y permite que lo adoren. En varios pasajes del AT se habla de este "Ángel del Señor", que puede ser identificado también como el "Arcángel Miguel" de los libros de Daniel y Judas y el "Príncipe de los ejércitos de Jehová" que visitó a Josué. Son todos títulos descriptivos de Cristo como Jefe de los Ángeles, Líder y Pastor de Israel antes de su encarnación. Insisto en que son títulos y símbolos, pues Jesús es y siempre fue Dios y nunca un ángel.
  • Querubines y Serafines: Lo mismo aplica para estas dos clases de seres celestiales. Sus nombres son más una descripción de su aspecto y actividades que algo que sirva para colocarlos en una categoría diferente (ver nota 1). Resulta evidente que en el orden perfecto del cielo hay diferentes jerarquías y funciones para cada criatura, no obstante, no deberíamos llegar a conclusiones que la Biblia no avala.
  • Los cuatro seres vivientes: Entre la abundante simbología del Apocalipsis están estos cuatro que se parecen mucho a los de la visión de Ezequiel, quien los llama "querubines" (cap.10: 20-22). -¿Criaturas semejantes a animales y llenas de ojos por dentro y por fuera?  ¿Tienen cuatro caras? ¿Cómo hizo Juan para ver que tenían ojos por dentro del cuerpo?- Si tomamos esto en sentido literal, son verdaderos monstruos. Estas imágenes más bien describen su gloria y son un símbolo de la inteligencia e incesante vigilancia de los seres celestiales. (ver Nota 2).
  • Los demonios: Son ángeles rebeldes, originalmente creados perfectos y santos por Dios, que siguieron a Satanás en su rebelión contra la ley divina. No son todopoderosos ni inmortales, y serán destruidos al fin de los tiempos. No tienen horrible aspecto como alas de murciélago ni cola con punta de flecha o cuernos; todo eso es pura mitología.
 Finalmente, lo más importante y maravilloso acerca de los ángeles es que pronto podremos unirnos a ellos en la actividad que más les agrada, alabar a nuestro grande, amante, bondadoso y fiel Creador. 
¿Te incluyes en el pasaje que sigue?
"Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos" Apocalipsis 5:11-14 .
¡Gracias buen Dios por los ángeles que envías para ayudarnos en el camino de la salvación!


Nota 1: 
En apoyo de lo expuesto, la cita siguiente presenta a Satanás como querubín y serafín respectivamente: "Satanás parece paralizado al contemplar la gloria y la majestad de Cristo. El que en otro tiempo fue uno de los querubines cubridores, recuerda de dónde cayó. El que fue serafín resplandeciente, “hijo de la aurora”, ¡cuán cambiado se ve, y cuán degradado! Está excluido para siempre del consejo en que antes se lo honraba. Ve ahora a otro que, junto al Padre, vela su gloria. Ha visto la corona colocada sobre la cabeza de Cristo por un ángel de elevada estatura y majestuoso continente, y sabe que la posición exaltada que ocupa este ángel habría podido ser la suya" (Maranatha, el Señor Viene pág. 356).

Nota 2: 
Estos cuatro personajes son llamados en esta cita seres celestiales y querubines: "Una maravillosa representación simbólica dada al profeta Ezequiel... Cuatro seres vivientes hacían mover numerosas ruedas entrecruzadas... Las ruedas eran de un arreglo tan complicado que a primera vista parecían estar en confusión; pero se movían en perfecta armonía. Las ruedas eran empujadas por seres celestiales... sobre ellos, en el trono de zafiro, estaba el Eterno... Así como la complicada semejanza de ruedas estaba bajo la dirección de la mano que había debajo de las alas de los querubines, el complicado desarrollo de los sucesos humanos está bajo el gobierno divino. En medio de la lucha y el tumulto de las naciones, Aquel que se sienta por encima de los querubines, dirige aún los asuntos terrenales" (La Maravillosa Gracia de Dios pág. 50).


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