EL REPARADOR DE PORTILLOS
“Y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar". Isaías 58:12. Podemos regocijarnos en que el mundo no ha sido abandonado a una impotencia sin esperanza. Jesús dejó el Trono real y su alto mando del cielo y se hizo pobre, para que por su pobreza fuésemos enriquecidos. Tomó sobre sí nuestra naturaleza, a fin de enseñarnos cómo vivir. En los pasos que el pecador debe dar en la conversión -el arrepentimiento, la fe y el bautismo-, él nos dio el ejemplo. No se arrepintió por sus pecados, porque no los tenía, pero lo hizo en nombre de los pecadores. Jesús se convirtió en el “reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar”. Se convirtió en un exiliado en la tierra para traer de regreso a la oveja perdida y errante, el único mundo arruinado por el pecado. En él se combinaron lo terrenal y lo celestial, lo humano y lo divino; de otra manera, él no podría ser un Mediador a quien los pecadores pueden acercarse, y por medio d...