LA VERDADERA RELIGIÓN


“Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”.  Santiago 1:26,27
 Interesante debate tuvimos ayer sobre la verdadera religión. 
Muchos reniegan de la religión y de la religiosidad como mera hipocresía y árido formalismo. Creen que hoy ya no es necesaria, que practicar alguna religión es más bien un estorbo para la "espiritualidad".
Pero el hecho es que la religión es parte de la enseñanza bíblica, por lo tanto, es imprescindible. El problema es que se suele confundir a la verdadera religión con sus engañosas imitaciones.
¿Cómo es la verdadera religión? Encontré un único texto en la Biblia que usa esa expresión, que es el que encabeza esta entrada. El texto de Santiago 1:26,27 puede impulsar a algunos a pensar que la verdadera religión está basada exclusivamente en obras de bondad, excluyendo ritos y ceremonias. Otros, aficionados al perfeccionismo, harán énfasis en lo de "guardarse sin mancha del mundo". A algunos más quizás les agrade lo de la lengua (para castigar a otros por ese defecto, claro...).
¿En qué consiste la religión verdadera? ¿Es la creencia en una serie de preceptos y doctrinas? ¿Es llevar una vida de pureza? ¿O acaso es simplemente servir al prójimo?
Esas cosas son buenas, pero por sí mismas no nos hacen verdaderos cristianos.
En su sermón dirigido a las mentes más brillantes de su época, el apóstol explicó la diferencia entre una religión de formas y otra que proviene del corazón:
"Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos". Hechos 17:22-3
Como los atenienses, hay muchos que procuran cumplir con una serie de ritos y normas -creyendo que son la esencia de la religión-, y terminan adorando a un Dios que no conocen
¡Qué tragedia!
Las citas siguientes pueden ayudarnos a comprender mejor este asunto:
  • "A menos que la iglesia siga el sendero que le abre la Providencia, y aceptando cada rayo de luz, cumpla todo deber que le sea revelado, la religión degenerará inevitablemente en mera observancia de formas, y el espíritu de verdadera piedad desaparecerá. Esta verdad ha sido demostrada repetidas veces en la historia de la iglesia. Dios requiere de su pueblo obras de fe y obediencia que correspondan a las bendiciones y privilegios que él le concede". El Conflicto de los Siglos pág.316
  • "La verdadera religión abarca todos los pensamientos de la mente, penetra hasta las intenciones secretas del corazón y los motivos de las acciones; el objeto y la dirección de los afectos y todo el marco de referencia de nuestras vidas". Cartas a Jóvenes Enamorados pág. 69
Todas las descripciones anteriores por separado son verdaderas, pero en su conjunto, nos muestran que la verdadera religión es integral, abarca todas y cada una de las áreas de nuestra vida. No hay tal cosa como espiritual por un lado y mundano por el otro. Todo lo que tenemos, somos, hacemos o pensamos tiene que ver con la religión. 
En suma, la verdadera religión es el medio para el cumplimiento del propósito divino de restaurar lo que el pecado arruinó. El Señor no solo quiere salvarnos del pecado, desea restablecer todo lo que se perdió en el Edén y volver a colocar en el alma la semejanza divina con la que fuimos creados. En teología ese proceso se denomina santificación.
Aunque no alcancemos el grado edénico de perfección en esta tierra -eso sucederá en la glorificación-, debemos colaborar con Dios, permitiendo que nos transforme a su semejanza. Los que han sido justificados, deben vivir en novedad de vida, en obediencia y fe, sirviendo al Señor y a sus semejantes por amor. 
 Eso es VERDADERA RELIGIÓN.
Entonces se cumplirá lo que está escrito: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. 1ª Tesalonicenses 5:23

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