OLVIDAR A DIOS

"De la Roca que te creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador". Deuteronomio 32:18.
¡Es tan fácil olvidarse de Dios!
El autor de "El Principito" dijo una vez:  
"Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía". (Antoine de Saint-Exupery). 
Esa estrella sin duda es Jesús, "la estrella resplandeciente de la mañana". Apocalipsis 22:16.
A pesar de las abrumadoras evidencias de la presencia, el amor, la bondad y el poder de nuestro Creador, millones se levantan cada día, yendo a sus actividades sin tenerlo en cuenta ni un solo instante.
Pero esa terrible tragedia, es comparativamente menor a la que sucede cuando los que nos decimos cristianos vivimos como si Él no existiese.
Hablamos, obramos, jugamos, discutimos, tomamos decisiones, compramos, vendemos y hacemos miles de actividades sin consultarlo o ignorando su expresa voluntad.
Incluso la religión puede llegar a convertirse en "una forma de olvidar a Dios que parezca recordarlo".
¿A qué se debe este mal y como remediarlo?
En primer lugar, sobra decir que nuestra humana debilidad no le toma por sorpresa. El ya sabía que podríamos olvidarnos con facilidad de sus misericordias, por lo que nos aconsejó lo siguiente:
"Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios... Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis". Deuteronomio 8:11-14;19. 
Las causas de tal omisión no son muy distintas de los motivos por los que olvidamos otras cosas:
  • al estar distraídos con otros asuntos
  • por falta de memoria 
  • porque nos resulta desagradable
  • porque no nos interesa recordarlo
Por alguna o todas estas causas levantamos ídolos a nuestro alrededor, que progresivamente van ocultando de la vista a Jesús; nos afanamos detrás del dinero, las posesiones o los logros personales al punto que no nos acordamos de buscarle.
Y ya sea por falta de fe, por criminal descuido o por evidente idolatría, nuestro bondadoso Señor es ignorado con frecuencia por sus hijos (entre los que me cuento yo).
Pero, aunque nos pase todo eso, la causa fundamental de nuestro extravío espiritual es la falta de una conexión vital con nuestro Hacedor.
Por eso dijo mediante el profeta Isaías: "Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar." Isaías 55:6,7.
¿Cómo remediar esta situación tan espantosa?
  1. Reconociendo nuestra falta con sinceridad (2ª Crónicas 7:14).
  2. Colocando en el lugar correcto nuestros afectos y prioridades (Mateo 6:33).
  3. Haciendo uso de los recursos que Dios puso a nuestra disposición: la fe, la oración, la meditación, la lectura diaria de las Escrituras, el servicio al prójimo y la ferviente testificación (Efesios 6:10-17).
  4. Cultivando un espíritu de amante gratitud y alabanza (Colosenses 3:14-16).
  5. Empeñando nuestra voluntad en buscarle (Jeremías 29:13)
¿Te olvidaste de Dios? Él no se olvidó de tí y te espera con paciencia. 
Busca a la Roca de tu salvación mientras todavía puedas hallarlo.

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