ÁRBOLES QUE CAMINAN

"Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos". Marcos 8:22-25
Una de las cosas que caracterizaban a Jesús es que siempre rompía los moldes humanos. En esta historia podemos encontrar al menos tres elementos extraordinarios que son prueba patente de ello. 
  • En primer lugar, los pobladores de Betsaida le traen un ciego y esperan que lo sane inmediatamente, tal vez levantando las manos, o con algún otro poderoso gesto; pero no sucede así. Jesús lo saca del pueblo, fuera del bullicio y la excitación de la multitud. 
Esta es quizás la primera lección de este incidente. Dios está en el trueno, pero también (y más que nada), se manifiesta en un "susurro apacible". 
Necesitamos calma, quietud, soledad, aislamiento, para que los milagros de Dios ocurran en nuestra vida. Son pocos -si los hay-, los que suceden en medio de la frenética agitación de nuestra vida cotidiana, pues el Señor no es afecto a los "milagros express".
  • Luego, Jesús escupe en los ojos del ciego y le pone las manos encima, preguntándole si veía algo ¡Vaya manera de sanar!
¿Qué significaba esta acción? Sin duda tenía un propósito. Al escupir en sus ojos -acción totalmente innecesaria para el poder divino-, Cristo deseaba dejar una firme impresión en la mente de aquel hombre, relacionada con las cosas espirituales.
A veces tenemos la idea de que los métodos de Dios no son los adecuados a alguna situación particular y obramos neciamente según nuestro propio criterio. Actuamos como Naamán cuando se enojó porque en vez de presenciar un milagro impresionante, lo mandaron a bañarse. Pero este ciego necesitaba -y nosotros también-, confiar en lo métodos divinos por ilógicos que parezcan. Necesitaba desarrollar fe.
  • Lo tercero es que la sanidad no fue completa. El ciego necesitó un nuevo toque para ver clara y definitivamente. Un solo toque de Jesús puede no ser suficiente.
La siguiente cita agrega algo muy importante a este asunto: "Las personas que no tienen una experiencia diaria en las cosas de Dios no se comportarán con sabiduría al relacionarse con las responsabilidades sagradas; tomarán equivocadamente la luz como si fuera error, y al error especioso llamarán luz: cambiando fantasmas por realidades y realidades por fantasmas, llamando mundo a un átomo y átomo a un mundo. Caerán en los engaños y las fantasías que Satanás ha preparado como trampas escondidas para atrapar los pies de los que piensan que pueden caminar en su sabiduría humana sin la gracia especial de Cristo. Jesús busca a hombres que vean: que no vean a hombres como árboles que caminan, sino que vean todas las cosas con claridad. Hay un solo remedio para el alma pecaminosa, y a menos que se reciba ese remedio, la gente aceptará un engaño tras otro hasta que se perviertan sus sentidos". MM 128
Igual que el ciego de Betsaida, muchos cristianos de hoy ven parcialmente. Conciben la religión de manera borrosa, buscando lo nuevo y sensacional, extraviados tras luces extrañas que el diablo ha plantado para confundir. 
La apatía moral de muchos profesos creyentes abona el terreno para el más ciego fanatismo de esta clase de personas. Su luz no es más que tinieblas, pero se precian de ser más santos y fieles que aquellos a los que condenan. Lanzan duros anatemas sobre los que debieran amar; las preciosas almas por quienes Cristo murió. Creen estar trabajando para Dios, pero los frutos de su conducta muestran que sirven al enemigo de las almas. Son ciegos espirituales intentando guiar a otros ciegos rumbo al abismo más negro.
A esta clase de personas el Salvador les dice: "Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. " Juan 9:41.
¿Cómo anda tu vista espiritual? ¿Percibes con claridad, o ves a los hombres como árboles que caminan?

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