LA NECESIDAD DE LA DEMORA - 1 de 3

"La esperanza que se demora es tormento del corazón; pero árbol de vida es el deseo cumplido". Proverbios 13:12
¿Por qué Jesús no ha venido todavía? 
Esta es la GRAN PREGUNTA. La que nos hacemos quienes creemos en la segunda venida de Cristo y la que también nos plantean aquellos que no comparten nuestra esperanza. Constituye el gran interrogante para los cristianos y atrae la burla de los incrédulos (que los hay incluso dentro de las iglesias cristianas). 
Todo sincero hijo de Dios debería estar ansioso por que sea hoy mismo el regreso de nuestro Señor; por lo que significa, por lo que implica y por lo que proyecta. 
  • La venida de Jesús significará la consumación de la esperanza de los siglos y del deseo de todos los corazones puros en el cielo y en la tierra. Significará el triunfo del bien sobre el mal, la supremacía de la justicia sobre la injusticia. Traerá también la vindicación de su carácter misericordioso y justo, largamente malinterpretado y torcido por Satanás.
  • La venida de Jesús implica el fin del mal, el sufrimiento, el dolor y el pecado, la victoria de la causa de Dios y la derrota de los demonios. La luz habrá triunfado sobre la oscuridad y el gobierno amante del Todopoderoso no tendrá ya quien se levante contra el por el resto de la eternidad.
  • La venida de Jesús proyecta ante nosotros una eternidad por vivir, sin sombra de maldad, tristeza, enfermedad, contratiempos o muerte; la vida eterna será nuestra para disfrutarla en toda su plenitud. Anuncia también la ininterrumpida presencia del trono de Dios en nuestro indigno mundo ¡Imagínate!, ¡Este pequeño y desventurado planeta será muy pronto el centro del universo!
Por todo lo antes expresado -y estoy seguro que se pueden agregar muchas cosas más a esta lista-, esta postergada esperanza atormenta a los creyentes de todas las épocas, que claman, como las almas bajo el altar del incienso "¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos". Apocalipsis 6:10,11
Pero, ¿ha ocurrido realmente una demora? ¿Acaso Dios se quedó dormido o algo así?
Cuando hablamos de demora, lo hacemos en términos humanos, pues el Señor no tiene ese tipo de actitudes, él no se tarda ni se apresura, sino que hace todas las cosas en su debido tiempo. 
Me gustaría ofrecer, por lo tanto algunas razones por las cuales, desde nuestra perspectiva, Cristo no ha venido todavía. Este lapso inquietante se encuentra profetizado por Jesús mismo en la parábola de las diez vírgenes: "Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron." Mateo 25:5 
Estas vírgenes simbólicas representan a la iglesia que espera la llegada del Esposo Celestial. Su expectativa se prolonga más allá de lo esperado, y todas se durmieron. 
Su correlato se puede observar fácilmente en la actualidad. No hay mejor descripción para el estado de la iglesia del siglo XXI que este: Estamos dormidos
La iglesia duerme hoy en la fascinación por lo mundanal, en la multitud de sus ocupaciones (por legítimas que fueren); ya ahogada en la prosperidad o acechada por la pobreza. Duerme en la falsa seguridad de sus instituciones, en sus miembros que profesan más de lo que viven el evangelio. Duerme en  el engaño satánico de pensar que "mi señor se tarda en venir"; dicho y demostrado por siervos negligentes, que echan su suerte con el mundo profesando ser del redil del Buen Pastor. Duerme también arrullada por el canto de falsos hermanos que se han introducido a escondidas para frenar el avance de la obra de Dios. Y duerme, finalmente, debido a su falta de constancia en velar y orar, como Cristo mismo nos lo recomendó. 
Debido a este estado de cosas, su venida experimenta un retraso. 
En la siguiente cita, encuentro la primera de las razones por las que el regreso de Jesús todavía no ha ocurrido: "La larga noche de pesar nos somete a prueba, pero la mañana se posterga misericordiosamente, porque si el Maestro viniera ahora, hallaría a tantos sin preparación. La actitud de Dios de no permitir que su pueblo perezca ha sido la razón de tan larga demora. Pero la venida de la mañana para los fieles, y de la noche para los infieles, está a punto de producirse. Al esperar y velar, el pueblo de Dios debe manifestar su carácter peculiar, su separación del mundo. Mediante nuestra actitud vigilante debemos demostrar que somos verdaderamente extranjeros y peregrinos sobre la tierra. La diferencia entre los que aman al mundo y los que aman a Cristo es tan clara que resulta inconfundible". Testimonios para la Iglesia Tomo 2 pág. 175.
Estamos siendo probados ¿Despertarás de tu sueño y te alistarás para su venida?
Continuará en la siguiente entrada. 

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