LA NECESIDAD DE LA DEMORA 2 DE 3

"Y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos". Lucas 12:36-38
¿Por qué el título habla de la "necesidad" de una demora?
Vamos por partes. No sabemos cuando vendrá Jesús, por lo tanto, al hablar de demora, remarco que lo hacemos desde nuestra humana expectativa.
Retomando la entrada anterior, las razones de la demora del retorno de Jesús (además de la ya mencionada falta de preparación para el evento), se deben también a tres factores, reflejados en las siguientes citas bíblicas y del Espíritu de Profecía:
  • "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento". 2ª Pedro 3:9
  • "Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años". Mensajes Selectos 1:76-78
  • "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil". Marcos 14:38
No ha venido todavía porque nos ama y no quiere vernos perdidos.  Esa es su actitud.
No regresó aún debido a nuestra poca fe.  Esa es nuestra actitud.
Y no vino todavía, porque tenemos pendiente una obra de preparación individual y colectiva. Esta es la actitud final, la divina consecuencia, fruto del Espíritu Santo en nosotros.
Para que nuestra actitud se transforme en Su actitud, necesitamos velar y orar mucho más de lo que lo hemos hecho. Necesitamos reconocer nuestra dependencia del Espíritu de Dios y someternos a su dirección. Necesitamos, por último, algo tan sencillo como desear de todo corazón que él venga.
Ya lo dijo el apóstol: No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma" .Hebreos 10:35-39
La promesa implícita en este texto es que, si permitimos la obra interior del Espíritu, mantendremos la fe y salvaremos nuestras almas.
Pero nuestra mente indócil y los deseos de nuestra naturaleza caída nos juegan en contra. Debemos reconocer esto. El espíritu está dispuesto a obedecer a la verdad pero la voluntad es débil e inconstante. Por nuestra propia cuenta nunca llegaremos a estar listos para el cielo.
¿Cómo se resolverá esta fatal contradicción?
Es aquí donde la demora juega un papel fundamental y se hace necesaria.
En la experiencia de los primeros adventistas que esperaban a Jesús para el año 1843 -que fue la primera fecha fijada por Miller y sus seguidores-, encontraremos algunas pistas de lo que afirmo.
Cuando pasó esta fecha y no se cumplieron sus anhelos muchos se decepcionaron, pero como eran fieles hijos de Dios, no permanecieron en el desaliento.
"Los que habían sido decepcionados no quedaron en tinieblas durante mucho tiempo, porque al investigar los períodos proféticos con oración ferviente, descubrieron el error y rastrearon la línea profética hasta el tiempo de la demora. En medio de la gozosa expectativa de la venida de Cristo no tomaron en consideración la demora en el cumplimiento de la visión, debido a lo cual se produjo una triste e inesperada sorpresa. Sin embargo, esta misma prueba era necesaria para desarrollar y fortalecer a los sinceros creyentes en la verdad". Testimonios para la Iglesia Tomo 1 pág. 56.
Ellos descubrieron, mediante la oración y el fervoroso estudio de la Biblia, que habían cometido un error. Y esa equivocación colectiva es llamada en esta cita como "necesaria" para afirmarlos en la verdad. 
¿Qué en cuanto a nosotros? ¿Estamos ante una demora necesaria?
La conclusión en la siguiente entrada. 
Bendiciones.

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